Esta frase absurda lleva acompañándome desde hace años cuando una muy buena amiga un día la dijo, la verdad es que la historia de la frase ya ni la recuerdo, estaríamos bailando, pero lo que sé es que desde entonces la digo de continuo y le viene ideal a mi reseña de Dance Usted de Luis Costa.
Vivimos en una era marcada por la dictadura de la imagen, especialmente hacia las mujeres, a las que se nos exige ser las madres perfectas, las parejas perfectas, las trabajadoras perfectas, las amigas perfectas y sí, estar perfecta siempre y acorde con las modas estéticas del momento, de todo esto Liv Strömquist sabe rato largo y lo plasma en su último ensayo: La Sala de los Espejos.
Hay un género del que suelo leer al menos 3 o 4 libros al año, es el ensayo. Cuando lo hago soy muy consciente que esa lectura va a ser más lenta, que va a requerir de mi concentración y de leer en momentos que tenga la mente bien fresquita y en modo esponja, en mi caso a primera hora de la mañana (normalmente es de 06:30h a 07:30h mi mejor hora de lectura alargándola un poco los fines de semana).
Es por eso que no leo tantos ensayos al año a menos que coincida que hayan varios de temáticas que me interesen, por eso los Nuevos Cuadernos de Anagrama son ideales, pequeñitos pero matones.
Si has visto mil veces E.T o Los Cazafantasmas o cualquier otra película de esa época, si los looks ochenteros al más puro estilo Molly Ringwald te encantaban, si hiciste el baile de Dirty Dancing en fin de curso, si descubriste lo que era un orgasmo al ver “Cuando Harry encontró a Sally”, si todo esto te fascina, pero nunca te has parado a pensar en el trasfondo que tiene, debes leer The Time of My Life, porque sí amiga, esa época fue una de las más feministas filmográficamente hablando, y en este libro Hadley Freeman hace un sesudo análisis.